MENTORIA - COACHING EJECUTIVO / MENSUAL

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¿Qué es el coaching ejecutivo?

Seguramente hayas escuchado hablar del coaching alguna vez. Surgida en los años ochenta, esta disciplina no ha hecho más que crecer, tanto en el ámbito laboral como en el privado. Tanto es así que hoy es raro encontrar a alguien en el mundo empresarial que no esté familiarizado con el término.

A su vez, quizás debido a su popularización, el coaching se ha ido especializando. Lógicamente, la tendencia ha sido desarrollar diferentes ramas, cada una con sus propios procesos y objetivos, orientadas a problemas y situaciones particulares. No es lo mismo —¡ni tiene por qué serlo!— el coaching ejecutivo que el mentoring o el coaching personal. Por eso hoy nos concentraremos en esta rama en particular: el coaching ejecutivo y empresarial.

¿Qué es el coaching ejecutivo?

El término "coaching" viene del verbo inglés to coach, que significa "entrenar". En un proceso de coaching, un coach (entrenador) ayuda a su coachee (entrenado) a alcanzar ciertas metas a través de cambios positivos. En esta dinámica, el coach es sobre todo un guía en el proceso de autoconocimiento y autoaprendizaje; no es una persona que tiene todas las respuestas, sino alguien que sabe hacer las preguntas adecuadas.

Ahora bien, dentro de este ámbito, el coaching ejecutivo ocupa un lugar particular. Se diferencia de otros tipos de coaching tanto por sus objetivos, como por su sujeto y su dinámica de trabajo. En primer lugar, en este caso, el coachee es siempre un ejecutivo, es decir, una persona con ciertas responsabilidades dentro de una empresa. No tiene por qué ser necesariamente un CEO, pero en general se supone que esta persona tiene autonomía en la toma de decisiones y lidera un equipo de trabajo.

En segundo lugar, los objetivos del coaching ejecutivo están orientados al ámbito laboral. No es el tipo de proceso que se ocupará principalmente de asuntos familiares o afectivos (aunque, como sabemos, la separación nunca es total, y los asuntos personales muchas veces impactan en el trabajo). Incluso en ese sentido hay restricciones, porque el coaching ejecutivo y empresarial no piensa en el desarrollo profesional del coachee en el vacío, sino que busca lograr un mejor desempeño en la posición que ocupa en esa empresa en particular.

Finalmente, existe una diferencia de contexto. En la mayoría de los casos, el cliente y el coachee son, para el coach, la misma persona. Es el propio sujeto el que busca mejorar sus capacidades y asiste por eso a las sesiones. Sin embargo, en el coaching ejecutivo, es la empresa la que suele contratar al coach, buscando así capacitar a sus empleados, mejorar la toma de decisiones y potenciar el rendimiento en posiciones de responsabilidad.

¿A quién va dirigido el coaching ejecutivo?

El coaching ejecutivo está dirigido a líderes empresariales. Esto incluye a cualquier persona con una función ejecutiva, es decir, alguien que toma decisiones de forma autónoma, tiene objetivos propios y lidera un equipo de trabajo. La intención es lograr que, a través del proceso de coaching, esa persona desarrolle sus habilidades de liderazgo y toma de decisiones, y pueda entonces ocupar esa función de forma más productiva y eficiente.

¿En qué consiste el coaching ejecutivo?

El coaching ejecutivo, como cualquier otro tipo de coaching, es un proceso guiado de autoaprendizaje y autoconocimiento. Lo particular es que, en este caso, el proceso está focalizado en mejorar la competencia profesional dentro de una empresa. Esa meta general puede tomar la forma de cierto objetivo particular; el coachee puede necesitar, por ejemplo, mejorar su manejo del estrés, o aprender a gestionar un equipo de muchas personas. En ese caso, en el proceso de varias sesiones, el coach orienta a su coachee en esta dirección.

Es posible, por supuesto, tener sesiones de coaching ejecutivo online, a distancia; de hecho es muy común, siendo que los mejores coaches son muy requeridos. Sin embargo, sea presencial u online, las herramientas del coaching ejecutivo son siempre las mismas: ejercicios, indagaciones, preguntas poderosas y evaluación de alternativas.

Beneficios del coaching ejecutivo

Los procesos de coaching ejecutivo pueden ser muy distintos entre sí, en tanto las competencias a desarrollar pueden ser muy variadas. Un coachee puede atender a sus sesiones buscando mejorar su capacidad para administrar recursos, y otro puede querer concentrarse en su habilidad para tomar decisiones bajo presión. Los casos, como te imaginarás, son muy diversos; y sin embargo, es posible encontrar ciertos beneficios comunes a la mayoría de los procesos de coaching ejecutivos, porque tienen que ver con ciertas dinámicas generales de la disciplina. Estos son:

  • Mejoras en la comunicación interna. Desarrollar una comunicación fluida entre los distintos sectores de la empresa es vital para alcanzar el éxito común. Los empleadores deben ser capaces, por ejemplo, de transmitir su visión a sus empleados. En el caso de los ejecutivos, esto se traduce en la habilidad para comunicar decisiones, evaluaciones y balances a su equipo, y también en la facilidad en la creación de vínculos colaborativos con otros profesionales.
  • Potenciación del liderazgo. Presidir un equipo de trabajo no es una tarea sencilla. A través del coaching ejecutivo, es posible trabajar en las habilidades necesarias para hacerlo: comunicación clara, conducta ejemplar, seguridad en la toma de decisiones, capacidad de delegar, y muchas otras.
  • Aumento de la eficiencia y la productividad. Es raro encontrar un grupo de trabajo que esté rindiendo a su máxima capacidad. Incluso cuando las cosas van bien, una mirada externa suele ser capaz de detectar dónde podrían ir mejor; y para eso sirve el coaching ejecutivo y empresarial. Potenciando las capacidades humanas de los ejecutivos, es posible lograr, por ejemplo, mejoras en cuanto a la administración de los recursos disponibles, o desarrollar las capacidades de adaptación al cambio. De esa forma, la empresa se beneficia tanto como sus empleados.

Diferencias entre coaching ejecutivo y coaching personal

Aunque forman parte de la misma disciplina, el coaching ejecutivo y el coaching personal son muy diferentes. Comparten, es cierto, un enfoque orientado a objetivos, y ciertas dinámicas de trabajo. Buscan, también, lograr un cambio positivo en el coachee, y consideran que el coach es un facilitador y no un instructor. Sin embargo, cuentan también con una serie de diferencias, que es posible sintetizar en esta tabla:

Coaching personal

  • Persigue objetivos personales.
  • Puede trabajar cualquier aspecto de la vida.
  • Cualquier persona puede ocupar el rol de coachee.
  • Es automotivado: el coachee busca al coach
  • El cliente y el coachee son la misma persona.

Coaching ejecutivo

  • Persigue objetivos laborales.
  • Trabaja únicamente el aspecto laboral-empresarial.
  • Solo los ejecutivos empresariales pueden ocupar el rol de coachee.
  • La motivación es externa: la empresa busca al coach.
  • El cliente es la empresa, y el coachee es el ejecutivo.
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